Tras la noche tenebrosa
el rugir del vendaval,
tiende el alba majestuosa
cortinaje de cristal;
Y aparece un claro día
sin las brumas del dolor,
donde el alma se extasía
y se goza el puro amor.
Tras la nota vespertina
que oprimiera el corazón;
viene aquella matutina
que se alarga en fiel canción.
Cual la ninfa misteriosa
que en su tumba se guardó,
y en brillante mariposa
Con el tiempo se tornó.
Tal aquel que duerme en Cristo,
de su sueño al despertar,
con ropaje nunca visto,
lo veréis resucitar.
Y la tienda que aprisiona
cual gusano en vil zurrón,
con poder se desmorona,
¿qué es, o muerte, tu aguijón?
Source: Celebremos Su Gloria #536b